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Métodos de elaboración de alimentos funcionales
21 diciembre, 2021
Métodos de elaboración de alimentos funcionales
El International Life Sciences Institute (centro que coordina un importante programa de la Unión Europea sobre alimentos funcionales) define un alimento funcional como “aquel que le confiere al consumidor una determinada propiedad beneficiosa para la salud, independiente de sus propiedades puramente nutritivas”.
A continuación presento ejemplos de los 5 métodos principales para elaborar alimentos funcionales:
Eliminación de un componente que causa un efecto perjudicial al consumidor en general o a un determinado grupo de consumidores
Un ejemplo claro de este tipo de alimento son los alimentos sin lactosa, que han eliminado la lactosa de la leche para los intolerantes a este componente. En la imagen se ve leche evaporada para cocinar sin lactosa. Muchas veces se utiliza nata o productos derivados de la leche para hacer salsas, este tipo de productos son una buena idea para que los intolerantes a la lactosa puedan disfrutar de todo tipo de salsas.
Otro ejemplo son los alimentos sin gluten para celiacos. Cualquier tipo de pan o derivado de él lleva gluten, lo que impide a los celiacos comer gran cantidad de alimentos. Las pizzas sin gluten, como la de la imagen, son la única manera de que los celiacos puedan comer pizza.
Incremento de la concentración de un componente que ya poseía previamente el alimento convencional
Un ejemplo de este tipo de alimento es la leche a la que se le añade calcio, como la leche Puleva de la imagen con un 50% más de calcio. Muchas leches lo añaden y publicitan que mejora los huesos y la salud, cuando realmente lo que en este caso ayuda es la vitamina B12 y la vitamina D.
Otro ejemplo son los zumos de naranja enriquecidos con vitamina C como el de la imagen. En el envase dice que la vitamina C contribuye a la protección de las células frente al daño oxidativo, y en general la población tiene interiorizado que la vitamina C es buena para la salud. Lo que no te cuentan es que, en general, los españoles consumimos más vitamina C diaria que la necesaria.
**Suplementación de un alimento con un ingrediente que no poseía originalmente el alimento convencional **
Un ejemplo de esto es la leche de central lechera asturiana, a la que se le añaden esteroles vegetales y extracto de té. La leche por si misma no tiene esteroles vegetales, este componente es el que ayuda a reducir el colesterol.
Otro ejemplo es el Actimel, una leche fermentada enriquecida con Lactobacillus Casei. Actimel ha hecho una campaña de marketing en la que nos ha vendido que es este componente extra el que ayuda a nuestras defensas, propiedades que no han podido ser demostradas científicamente.
Sustitución de un componente con efectos perjudiciales o nocivos sobre la salud de la población en general, o de un determinado colectivo, por otro que posea efectos neutros o positivos
En el envase de la leche Puleva con proessentia dicen que la sustitución de grasa saturada por ácido oleico ayuda a regular el colesterol.
Otro ejemplo son los yogures que tienen 0% grasa y 0% azúcares añadidos, como los de la imagen. Se sustituyen los azúcares añadidos, considerados dañinos si se consumen en gran cantidad, por edulcorantes. Aunque si te fijas tienen un asterisco, que apenas se ve (hay que fijarse MUCHO), que dice que contienen azúcares naturalmente presentes.
Alteración de la biodisponibilidad de alguno de los nutrientes presentes en un alimento convencional con el fin de obtener un efecto positivo sobre la salud
Dos ejemplos que podemos encontrar en el supermercado son el Danacol y la margarina Pro Activ, que prometen reducir los niveles de colesterol. Ambos productos tienen leches fermentadas que alteran la biodisponibilidad metabólica que producen efectos beneficiosos.
Referencias: