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Sesgos androcéntricos en las nuevas tecnologías

Hace más de diez años nadie se planteaba que un algoritmo matemático pudiera tener sesgos de género. Hoy en día, Google y grandes empresas tecnológicas trabajan para evitar estos sesgos. Las bases de datos en las que se basan estos algoritmos están elaboradas por hombres blancos de clase alta en Sillicon Valley, por lo tanto, reflejan todos los sesgos que tienen ellos. Por eso es fundamental que haya diversidad en ciencia y tecnología.

Por ejemplo, las aplicaciones de reconocimiento facial suelen funcionar mucho mejor con hombres que con mujeres, porque están diseñadas por hombres y para hombres. Muchas veces se argumenta que hay pocas mujeres en tecnología y pocas mujeres que usen la tecnología. Hoy en día, las mujeres tenemos acceso a la tecnología igual que los hombres, sobre todo en los países más desarrollados. Lo que debemos pensar es por qué hay menos mujeres que se dedican profesionalmente a ello. Creo que el problema es la sociedad patriarcal en la que nos hemos criado, que desde pequeñas nos desanima a explorar y experimentar. Más bien todo lo contrario, se nos anima a ser bonitas y calladas.

Por un lado, la sociedad debe cambiar para que las niñas sean libres de interesarse por lo que ellas quieran. Por otro, la tecnología también debe adaptarse a distintos colectivos. Cuando se quiere hacer un producto tecnológico para chicas, la única diferencia respecto al producto masculino es que es de color rosa. Las mujeres no necesitamos tecnología de color rosa, necesitamos tecnología que se adapte a nuestras necesidades y que no nos discrimine por el simple hecho de ser mujeres.