Blog

Mi vocación como divulgadora

7 junio, 2022

Máster de cultura científicaLos discursos de la Ciencia en la esfera pública en el S. XXI

Uno de pequeño no sabe qué es la cosmología, pero sí sabe mirar al cielo y ver las estrellas. Así fue como terminé haciendo un doctorado en cosmología, mirando estrellas. Desde pequeña mi madre me llevaba de noche a ver la lluvia de estrellas del 15 de agosto, las perseidas. Pasábamos los veranos en un pequeño pueblo de León y allí el cielo es precioso. Me preguntaba ¿qué eran las estrellas?, ¿dónde estaban?, ¿cómo se movían?, ¿qué había más allá?... Así que estudié Física y después terminé especializándome en cosmología.

Siempre me ha gustado hablar de ciencia, compartir mi pasión con amigos y familiares. Muchos me decían que se me daba bien contar las cosas, que hacía que sonaran fáciles. Pero creo que mi vocación como divulgadora nació en el Instituto de Física Teórica, donde hice el doctorado. Allí se hacen bastantes actividades de divulgación y me fueron ofreciendo involucrarme en ellas. Di charlas en institutos, participé en la semana de la ciencia, e hice videos para el canal de youtube del IFT.

En algún momento me di cuenta que me gustaba más hablar de lo que hacía que realmente hacerlo. El día a día de un investigador puede llegar a ser muy frustrante, hay que ser capaz de sobrellevar la sensación de fracaso diaria. Llega un día que resuelves el problema que lleva quitándote el sueño meses, y te entra el subidón y la emoción de estar haciendo algo que nunca nadie ha hecho antes. Pero la verdad es que a mi personalmente no me compensaba unos días de alegría contra muchos de darme cabezazos contra la pared. Recuerdo que un día salí de una charla en un instituto muy feliz, y me paré a pensar que los días que daba clase en la universidad también salía muy feliz. Así que decidí hacer un máster de profesorado para poder ser profesora algún día.

La verdad es que nunca me planteé la posibilidad de dedicarme profesionalmente a la divulgación, no sabía que era una opción. Cuando terminé el doctorado me fui de viaje con mi pareja por Latinoamérica y pusimos en marcha el proyecto “Acoge a un científico”. No queríamos ser turistas, sino realmente conocer los lugares, a las personas, las diferentes culturas y aportar algo a los sitios por los que pasábamos. El proyecto consistía en dar charlas y actividades de física y cosmología a cambio de algo que nos ayudara con el viaje. Estuvimos mil y un días recorriendo Latinoamérica divulgando ciencia. Aprendimos y disfrutamos mucho en el viaje, pero también nos dimos cuenta de que echábamos de menos a la familia y los amigos, y una estabilidad. La pandemia nos dio la escusa perfecta para terminar el viaje y volver.

En plena pandemia cree un canal de youtube y me planteé dedicarme profesionalmente a la divulgación. Sin embargo, hablando con gente que se dedica a ello me di cuenta de la inestabilidad económica que supone y precisamente era algo de lo que yo estaba huyendo. Por eso decidí hacer oposiciones y ser profesora de secundaria. Unos meses después de aprobar la oposición me llegó una oferta de empleo, el trabajo de mis sueños. Pero después de estar casi un año estudiando no podía renunciar a una plaza de funcionaria por un trabajo que sólo me garantizaban 4 años y con un sueldo bastante menor.

Después de un año estresante como profesora no me arrepiento de la decisión tomada. Una de las razones para dedicarme a esto es también porque creo que es una de las mejores maneras de hacer de este mundo de locos un lugar un poquito mejor. Creo que la educación es la clave para cambiar las cosas, y hay muchas cosas que necesitan un serio arreglo. La enseñanza puede resultar muy frustrante a veces, y me topo día a día con un sistema contradictorio y sin fondos. Aunque no descarto dedicarme algún día a la divulgación, de momento seguiré unos años intentando transmitirles a mis estudiantes mi pasión por la física y el universo.


© 2022 Anisotropia.