(Fuente imagen: Valencia Plaza)

El género en el modelo de la tecnociencia

La relación entre ciencia y técnica es cada vez más compleja, por lo que se habla ya de tecnociencia, una actividad que no se ocupa tan sólo del conocimiento científico, sino que busca transformar la realidad. Es necesario que, desde la filosofía y los estudios de ciencia y género, se cuestionen el papel de la mujer en todos los aspectos de la tecnociencia.

Por un lado, se debe cuestionar quiénes son los investigadores, quién crea el conocimiento y cómo lo crea. Es necesario pensar también cómo se transmite este conocimiento, cómo se enseña y dónde. Por otro lado, la actividad tecnocientífica está asociada al mundo empresarial, y debemos cuestionarnos quién dirige las empresas, quiénes son sus inversores y a quiénes van destinados sus productos. Además, el fin de la tecnociencia es transformar el mundo, por lo que debe cuestionarse cómo lo va a hacer y a quién va a afectar. Y por último, se debe pensar quién va a regular todo el proceso, quién va a crear las políticas necesarias para ello.

Actualmente la tecnociencia es androcéntrica, racista y clasista, lo que refleja el hecho de que haya sido llevada a cabo por hombres heterosexuales blancos con gran poder adquisitivo. La tecnociencia refleja los valores de las personas que crean el conocimiento, de las que lo ponen en práctica, de las que lo financian y de las que lo utilizan. Por ello es fundamental que la mujer esté representada en todos los ámbitos. Cuanto mayor sea la diversidad de personas que intervienen en los diferentes aspectos, mayor será la diversidad de la tecnociencia.