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(Fuente imagen: Trucos Londres)

Tanto la ciencia básica como la ciencia aplicada y la tecnológica son parte de la cultura científica europea. Por un lado, la ciencia es el conocimiento teórico que pretende comprender el universo y cómo funciona. Por otro lado, la tecnología es el conocimiento práctico que modifica el mundo para adaptarlo a nuestras necesidades. La ciencia tiene como fin el conocimiento, mientras que la tecnología tiene un fin utilitarista.

Aunque sean dos conceptos con fines distintos se necesitan el uno al otro. La ciencia no podría avanzar sin la tecnología, y la tecnología no podría avanzar sin la ciencia. Ambas tienen una relación de dependencia en la que se necesitan la una a la otra para mejorar y llevar a cabo su cometido de la mejor manera posible. Esto no quiere decir que no se pueda dar la una sin la otra, o que una deba darse primero.

El ser humano desde el principio de su existencia ha sido un ser tecnológico y fabricante de herramientas. A lo largo de la historia la tecnología avanza como podemos ver en las grandes construcciones de las diferentes civilizaciones o en el manejo cada vez mayor de los metales. También se va desarrollando la ciencia, muchas veces ayudada por la tecnología, como en el caso de la astronomía con el telescopio. Este instrumento supuso un cambio en la manera de mirar al cielo y estudiarlo. Pero es a finales del s XVII y principios del s XVIII cuando se produce una clara alianza entre ciencia y tecnología. En la primera revolución industrial se unen científicos y tecnólogos. Un caso significativo de esta época es el de la máquina de vapor que es la semilla de la primera revolución industrial. En este caso es la tecnología la que motiva la investigación científica y el desarrollo de la termodinámica para mejorar el rendimiento de dicha máquina.

Con la segunda revolución industrial en el siglo XIX se lleva un paso más allá esta dependencia entre ciencia y tecnología. En este caso los protagonistas del cambio son conscientes de él, y tanto científicos como inventores se unen y colaboran estrechamente transformando los medios de transporte, de comunicación y de producción. Muchos científicos en esta época se convierten en empresarios. En concreto, la industria química fue muy importante para responder a la demanda no sólo de la industria, sino de las crecientes necesidades de la nueva sociedad de consumo. Esta alianza entre ciencia y tecnología cambió la organización social, las formas de poder y los hábitos de consumo.

En esta época hay una “hegemonía tecnológica de Europa” que se perderá después de las guerras mundiales. Con el tiempo, este cambió que se produjo en Europa y Estados Unidos se propagó al resto del mundo hasta hoy en día que vivimos en un mundo totalmente globalizado. Hoy en día tenemos clara la dependencia entre ciencia y tecnología, y que necesitamos de ambas para combatir los problemas a los que se enfrenta la humanidad el agotamiento de recursos y el cambio climático. Estos problemas son relativamente recientes, cuestiones que no se planteaban ni científicos ni tecnólogos de mediados del siglo pasado.

En conclusión, ciencia y tecnología suelen ir de la mano y tienen una clara relación de dependencia. La tecnología utiliza la ciencia para mejorar la técnica y la ciencia utiliza la tecnología más avanzada para investigar y llevar a cabo experimentos.